10 diferencias


 

Después de varios años de trabajo desde la UPCCA de Mislata con un grupo de jóvenes en un proyecto de reducción de riesgos del consumo de alcohol -y su interacción con otras sustancias- en espacios de ocio, llegó el punto en el que el grupo vio la necesidad de dar un paso más y sumar a las acciones de la Administración desde otro lado: el asociacionismo y la participación juvenil.

Menys Graus nace de ese grupo de jóvenes que, tras sensibilizar sobre los riesgos, se hace consciente de que en Mislata no existen espacios de ocio alternativo al consumo de drogas. Tras conocer experiencias como  Quart de Nit y Abierto Hasta el Amanecer, deciden constituirse como asociación y formarse en mediación en ocio nocturno. Con el apoyo de la Concejalía de juventud, la UPCCA y el Consell Local de la Joventut de  Mislata, consiguen formarse y plantear una experiencia piloto.

Tras la evaluación de esta acción, y habiendo demostrado la necesidad y efectividad, deciden darle forma al proyecto Mislata ON. Desde Menys Graus  apostamos por la generación de alternativas de ocio nocturno alternativo, pero desde un enfoque muy claro, un enfoque que hemos ido adquiriendo y construyendo a través de la formación con Abierto Hasta el  Amanecer, el intercambio de experiencias con Vente Pa’ka y Sonámbulos, y la multitud de encuentros que hemos realizado en los últimos 8 años.

 

No es nuestra intención, en ningún momento, desmerecer la labor que desde las administraciones se realiza para implementar este tipo de proyectos tan necesarios. No obstante, pensamos que la administración ha     de ser la encargada de poner en marcha iniciativas y conseguir implicar a la sociedad civil en la continuidad de estas iniciativas.

Bajo nuestro punto de vista, no resulta coherente para conseguir la implicación y la participación de la sociedad el hecho de sustituir proyectos surgidos de la iniciativa social por otros municipalizados. Esto supone un retroceso en el proceso empoderador y participativo, pasando de una etapa avanzada  de implicación social a una etapa inicial en la que la administración lanza iniciativas.

Desgraciadamente, las administraciones locales no disponen de los recursos necesarios para municipalizar este tipo de proyectos, viéndose obligadas a contratar a empresas externas la gestión de los mismos. Perdiendo así el cariz altruista, voluntario y activista.

Por ello, consideramos que es más adecuado apoyar los proyectos surgidos de la sociedad civil, dotándoles de más recursos y más autonomía. Especialmente si se ha demostrado su efectividad y buena gestión.

Hablamos de una alternativa al consumo de drogas, pero también de un modelo alternativo. Esto es, un modelo diferente al que nos ofrece la industria del ocio, las discotecas y los centros comerciales.

Desde Mislata ON (Menys Graus) apostamos por un ocio en el que las personas jóvenes sean las protagonistas, pasando de un ocio de consumo a un ocio participativo, creativo y generador.

Apostamos por un ocio de calidad, integrador y saludable, en el que lo importante no es cuánta gente participe, cuánto dinero cueste o cuán grande sea la actividad. No creemos en los grandes eventos como alternativa al ocio convencional.

Por este motivo, por ejemplo, nunca hemos realizado fiestas sin alcohol, pues sería reconocer que el ocio de fiesta es el único modelo, y Mislata ON trata de generar espacios y modelos diferentes.
Pensado, programado, organizado, ejecutado y evaluado por personas jóvenes y destinado a sus iguales. Con los errores que ello conlleva, con las ideas locas que comportan, con sus incoherencias y su entusiasmo.

Desde Mislata ON apostamos por un ocio pensado desde una visión juvenil, no adulcentrista y no institucional. En el que la figura adulta solo tiene sentido para facilitar y acompañar, pero no para opinar y decidir. Por eso es importante tener equipos jóvenes y cambiantes, donde el relevo generacional cobra mucha importancia.

La última edición completa de Mislata ON (2016) se caracterizó por la introducción de nuevas actividades propuestas y dinamizadas por grupos de adolescentes (las noches de lobo) que, tras un proceso de reflexión, formación y acompañamiento, fueron las reales pensadoras y ejecutoras de la última fase de Mislata ON (febrero de 2017).
La sociedad y el sistema en el que vivimos convierte a las personas jóvenes en un blanco directo y fácil para las empresas que basan su actividad en las conductas adictivas. Las personas jóvenes somos el público objetivo de las marcas de alcohol, de las discotecas, de las empresas tecnológicas o de juego online. La industria del ocio está diseñada para promover y facilitar las conductas adictivas.

Hay muchas formas y visiones para prevenir: la información, la prohibición, la reducción de riesgos o la generación de alternativas de ocio son algunas. Y cada agente de socialización ha de adoptar un rol en la misión de la prevención.

Desde Menys Graus apostamos por la información siempre, la reducción de riesgos en espacios de ocio y la generación de alternativas de ocio nocturno con proyectos como Mislata ON.

Porque Mislata ON no es un proyecto aislado, sino que está interrelacionado con otras intervenciones y acciones que se hacen en otros momentos y espacios. Porque las personas que componemos Menys Graus nos comprometemos con este fin y nos formamos, reflexionamos y estamos en continua evaluación de nuestras acciones y posicionamientos, por eso creamos campañas como “Consejos para no volcar” o iniciativas como “Sexo, drogas y mediación”. La visión crítica también se aplica a nivel interno.
Esto es la capacidad que tenemos las personas de aprender de nosotras mismas, a partir de nuestras experiencias, especialmente cuando suponen un desafío. El compromiso y la responsabilidad que se asumen al realizar un proyecto abierto a la población juvenil en general, supone una mejora y una maduración de las personas que lo realizan.

Las personas que hemos formado parte de Menys Graus nos hemos cuestionado nuestros consumos, nuestro estilo de vida, nuestra forma de pensar… Hemos reflexionando sobre el machismo, sobre las desigualdades, sobre las conductas adictivas… Por eso nos definimos como feministas (incluso a nivel individual), por eso reivindicamos los derechos de la juventud y un buen trato de su imagen, por eso hemos ido generando cada vez más espacios alternativos (tanto a la externa como a la interna).
Trabajar en equipo, comunicación asertiva, escucha activa, debatir, expresar opiniones y emociones, aceptar críticas, llegar a consenso… Son algunas de las habilidades que, a través del asociacionismo y la participación, adquirimos las personas jóvenes implicadas. Y esto si solo pensamos en los momentos de reunión, programación y evaluación.

Generación de discurso, hablar en público, transmisión de ideas, visión crítica… son algunas de las habilidades que adquirimos al representar un proyecto ante los medios de comunicación, seminarios o reuniones con instituciones.

Manejo de redes sociales y herramientas de trabajo online, realización de presupuestos y balances, y el seguimiento de la facturación y la contabilidad, son algunas de las competencias científico-matemáticas y digitales que adquirimos.

La redacción de proyectos, memorias o subvenciones, la realización de trámites burocráticos, la gestión de asambleas y reuniones, o la redacción de actas, nos hacen personas más capaces de desenvolvernos en nuestro entorno. La organización de actividades, compra de material, gestión de equipos, relación con otras entidades, organizar nuestro propio aprendizaje o gestionar nuestro -escaso- tiempo, nos hacen personas más competentes y críticas con nuestro entorno.

El equipo de Menys Graus ha tenido la suerte de poder compartir espacios con personas y entidades que han favorecido esta adquisición de competencias que nos hacen ser quienes somos y nos han dado reconocimiento y prestigio.
Vivir en un municipio pequeño, superpoblado, limítrofe con la capital y casi sin tradiciones no favorecen una identidad local. Además, el desapego general de la ciudadanía por lo público, la escasa cultura participativa, y la desconfianza hacia la política y la administración, hacen que la ciudadanía cada vez esté más alejada de las instituciones y se sienta ajena a los recursos municipales.

Precisamente, es a través de procesos participativos, motivadores, en los que nos sintamos protagonistas como podemos cambiar esto.

Desde Menys Graus hemos conseguido que se abran espacios municipales fuera del horario habitual y para actividades diferentes a las propias. Gracias a la confianza inicial del personal del Ayuntamiento, hemos aprendido a solicitar, gestionar, cuidar, valorar y apreciar los espacios de nuestro municipio. Y todo esto ha hecho que, con orgullo, representáramos a Mislata en los espacios de encuentro en los que participábamos. No porque vivíamos en Mislata, sino porque nos sentíamos “dueños” de Mislata, formábamos parte viva de nuestro municipio.
Cuando las personas tienen la capacidad de decidir, cambiar, evaluar y mejorar los proyectos y actividades, es fácil que se genere una identidad. Si a eso le sumas las horas de trabajo en equipo, los espacios de convivencia, el intercambio de reflexiones, los momentos de viaje, de formación, de creación, de descanso y mil situaciones más, el resultado es mucho mayor.

En Menys Graus somos más que un equipo. Hemos vivido momentos de éxito, momentos de discrepancias internas a nivel personal y grupal, momentos críticos, momentos de celebración… El respeto mutuo, el cariño, la cohesión y la fidelidad han estado siempre en nuestro horizonte y hoy, por fin, y a pesar de todo, podemos decir que los hemos alcanzado.

Incluso las personas que se desvincularon, las personas que estaban empezando a vincularse, o las personas participantes de nuestras actividades que parecían ajenas a todo el esfuerzo del equipo, se han sumado los últimos duros meses y nos han ofrecido su hombro para llorar y sus manos para construir. Ellas también son Menys Graus.
El trabajo colectivo desde el altruismo y el voluntariado va, inevitablemente, acompañado de una serie de objetivos relacionados con el cambio social y la mejora de nuestra sociedad. La interacción con otras personas favorece que se conozca y aprecie la diversidad, que se aprenda de otras formas de pensar, ser y sentir. Si el asociacionismo y el voluntariado quiere un cambio, este va dirigido hacia una sociedad más justa e igualitaria, más respetuosa, más crítica y responsable.

En Menys Graus siempre lo hemos tenido muy claro, nos definimos como “un grupo de jóvenes comprometidas con el cambio social”. Pero lo hemos llevado más allá, hemos generado espacios de tertulia dentro del equipo, hemos buscado formación externa y hemos intentado ser coherentes con nuestros valores plasmándolos en nuestras actividades de forma transversal.
A pesar de la motivación, los recursos humanos y los conocimientos, es la propia Administración la responsable de explotar los recursos municipales. Aunque este hecho genera en muchas ocasiones que las personas que trabajan en -o para- la Administración se crea dueña de los recursos y los trate con recelo y la incredulidad de que otras personas -y más aún si son jóvenes- también tengan la capacidad de gestionarlos.

Desde Menys Graus, nos costó ganarnos la confianza para abrir determinados espacios. Agradecemos tremendamente el acompañamiento inicial por parte del personal de juventud, que tenía que hacer horas extras y nocturnas para que pudiéramos abrir los espacios juveniles.

Pero la confianza a veces se mezcla con la afinidad y se convierte en subjetiva. Las mismas habilidades y competencias que generan crecimiento personal, también generan ciudadanía crítica que puede llegar a ser incómoda si no se saben gestionar los egos. Al final, el poder lo tienen las personas que trabajan en y para la Administración, y son quienes deciden qué recursos ceden, cuándo y cómo lo comunican. Y esto puede generar problemas a la hora de planificar actividades en horario nocturno y espacios públicos.
El empoderamiento es un proceso por medio del cual se dota a una persona, comunidad o grupo social de un conjunto de herramientas para aumentar su fortaleza, mejorar sus capacidades y acrecentar su potencial, todo esto con el objetivo de que pueda mejorar su situación social, política, económica, psicológica o espiritual.

El concepto hace referencia a la adquisición de poder e independencia por parte de un grupo social desfavorecido para mejorar su situación. Se utiliza con el sentido de “conceder poder” para que, mediante su autogestión, mejore sus condiciones de vida.

El empoderamiento va profundamente ligado a la participación, pues es la fórmula para conseguirlo. Y, según el artículo 48 de la Constitución Española, “los poderes públicos promoverán las condiciones para la participación libre y eficaz de la juventud en el desarrollo político, social, económico y cultural.”

En Menys Graus, en ningún momento perdemos de vista la participación y empoderamiento juvenil, nuestras acciones y proyectos son medios para conseguir unos fines, y entre esos fines se encuentra el empoderamiento juvenil. Es por eso que defendemos a las personas jóvenes, su imagen y sus intereses. Es por eso que concedemos la posibilidad de aportar, sumar y equivocarse, tas adquirir un compromiso. Porque solo mediante la experiencia se puede aprender a participar y se puede empoderar.

Somos jóvenes, tenemos formación multidisciplinar y continua, experiencia, ganas de trabajar, capacidad de aprender y mejorar, iniciativa y creemos que es posible influir en nuestro entorno a través de nuestras acciones.