Acoso escolar y ciberacoso en adolescentes.
Las campañas de prevención del acoso escolar suelen estar dirigidas al alumnado porque son los principales protagonistas de esta historia, pero el profesorado tiene un papel muy importante que con pequeñas actitudes podría desempeñar. Lo primero es ser ejemplo con actitudes de respeto. ¿Quién no ha tenido un profesor que ridiculiza, que intimida o que muestra favoritismos? Fuera de las aulas es difícil controlar las actitudes, pero dentro la profesora es la que marca las reglas: Tolerancia cero a cualquier agresión física o verbal.
Hay que observarlo todo, no se puede ser indiferente. Si no se ve el problema es porque no se quiere ver. La comunicación con el alumnado es muy importante para generar relaciones de confianza. El profesor debe ser un referente al que poder acudir con cualquier problema.
Por otro lado, el acoso escolar tradicional se ve multiplicado a través del ciberbullying en el que entran en juego las nuevas tecnologías. La novedad es que cualquiera puede ser el objetivo. El móvil es la principal herramienta para ejercer ciberacoso pero, ¿lo prohibimos? Esa no es la solución, hay que buscar otros caminos antes de la prohibición como poner límites coherentes que el alumnado entienda y considere justos. Al mismo tiempo hay que hacer ejercicios de reflexión sobre la privacidad e intimidad en nuestras redes sociales, porque en muchas ocasiones somos nosotras mismas las que nos ponemos en riesgo.
A continuación dejo un decálogo que realizaron alumnos del IES Martí i Soler de Mislata junto con varias personas de la asociación Menys Graus bajo la campaña Practica Salut:
- No agregar, aceptar amistad, hablar o poner la Webcam a personas desconocidas.
- Reflexionar y hacer una selección previa de las fotos que vamos a publicar, sobre todo que no sean comprometidas y nunca publicar fotos de otras personas sin su consentimiento.
- No revelar tus datos personales ni poner tu localización.
- Configurar la privacidad de tu cuenta.
- Poner una contraseña difícil y no compartirla con nadie.
- Ser respetuoso y no insultar a terceras personas ni mentir sobre ellas.
- Antes de crear un perfil en una red social, leerse las condiciones del contrato de la misma.
- No abrir cuentas ajenas si se han dejado la contraseña puesta o la sesión abierta en el ordenador que vayas a usar.
- No hacer fotos a personas desconocidas ni publicarlas.
- No comprar ni dar datos bancarios sin permiso de los padres.
En general, toda la comunidad educativa debe reflexionar en torno a una misma pregunta: ¿Qué puedo hacer yo para acabar con este problema? Todas las personas somos responsables.
Marisa Moreno, Trabajadora Social y socia de Menys Graus.