consumo de alcohol


Preven… ¿¡qué?!

jóvenes divirtiéndose

¡Ya estamos en agosto! Piscina, buena compañía, cervecitas… y por fin llegan las esperadas fiestas, ¡vía libre! ¿Todo vale? Pues no debería.

Parece que nos hemos acostumbrado a una serie de comportamientos durante las fiestas que, en otro momento del año  no toleramos tan bien. Y digo yo, si no los toleramos ¿será porque son molestos? ¿Será porque son inadecuados? Por algo será, pero ese algo se nos olvida.

Hace unos años, cuando ni siquiera me planteaba ciertas cosas, podía parecerme divertido, incluso normal beber hasta emborracharme cada noche de fiestas. Y si lo hacía, y si los y las adolescentes lo siguen haciendo, es porque se puede y no ven otra forma de diversión.

Cuando esto conlleva consecuencias desagradables, el mundo adulto se echa las manos a la cabeza, los medios de comunicación criminalizan a la juventud, la administración busca soluciones sancionadoras. Eso sí, nadie plantea soluciones facilitadoras.

Hasta hace unos años, en Mislata se venía realizando una campaña de reducción de riesgos del consumo de alcohol en espacios de ocio. ¿Eing? ¿Y ehto qué eh lo que eh? Pues allá que nos lanzábamos 4 pringaos carpeta en mano, haciendo encuestas a adolescentes y jóvenes sobre su consumo. Las encuestas les vienen muy bien a las administraciones, pero lo que a nosotras nos interesaba no era eso, era toda la información que con nuestra pequeña formación podíamos hacer llegar a esos grupos cuya mejor solución al coma etílico de un colega era meterle bajo la fuente.

Éramos “las de las encuestas”, y los chavales y chavalas ya venían buscándonos para demostrar a su grupo que se sabían las respuestas. Se acordaban de una vez para otra de nuestras caras (y nuestros regalos). No era suficiente, pero era parte de una gran labor de prevención que se realizaba desde la UPCCA (Unidad de Prevención Comunitaria de Conductas Adictivas). Una labor de prevención que hace falta.

David Latorre, Diplomado en Educación Social y Secretario de Menys Graus


El 49% de las y los jóvenes de Mislata consume alcohol cuando sale.

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La asociación juvenil Menys Graus realizó una completa encuesta entre la juventud de Mislata sobre ocio, salud y tiempo libre. Ahora que se acercan las fiestas populares rescatamos los datos sobre los hábitos de consumo de alcohol en los momentos de ocio nocturno. La encuesta también se interesaba por el grado de conocimiento que se tiene sobre los efectos negativos del abuso de alcohol.

Según los datos extraídos, el 49% de las y los jóvenes de Mislata entre 13 y 25 años consume alcohol cuando sale.

La mayoría de las personas encuestadas es consciente de al menos uno de los riesgos que derivan del abuso de alcohol. El 81% de los jóvenes menciona la resaca como una de las consecuencias del abuso de esta droga, seguida por los vómitos (75%) y el coma etílico (69%). Los mareos, el dolor de cabeza y los accidentes de tráfico son otros de los efectos adversos que las y los encuestados indican en cuarto, quinto y sexto lugar, demostrando ser bastante conscientes del peligro del alcohol al volante, frente a un 47% que no bebe al salir por las noches.

Sólo el 15% de los jóvenes sabe que el alcohol crea dependencia. 

El efecto menos conocido en esta franja de población es la dependencia, que ha sido señalada solo por un 15% de las personas encuestadas. Este hecho señala la gran aceptación social de la que goza el consumo de alcohol, que pocas veces se identifica como una droga pese a su capacidad para generar dependencia y de alterar el funcionamiento del sistema nervioso.

Otros peligros del abuso de alcohol que según esta encuesta son menos conocidos por las personas en esta franja de edad son la agresividad, la pérdida de memoria, los problemas hepáticos, los problemas sexuales, los efectos cardiovasculares y las alteraciones en la percepción.